En 2018, Fraunhofer Chile implementó tres plantas piloto de agrivoltaico en Curacaví, El Monte y Lampa. Desde entonces, su objetivo ha sido impulsar el desarrollo de esta innovadora solución, que utiliza el mismo suelo para actividades agrícolas y la generación de electricidad, beneficiando a los cultivos y maximizando el uso del terreno.
Los sistemas agrivoltaicos (Agri PV) ofrecen un gran potencial para mitigar los efectos del cambio climático en la agricultura, tales como la escasez de agua, la excesiva irriación solar u otros fenómenos meteorológicos, como el granizo, las lluvias y heladas que amenazan el rendimiento de los cultivos.
Su principio de doble uso del suelo. Los paneles fotovoltaicos se itegran en la agricultura -sobre o entre los cultivos- para combinar la producción agrícola y la generación de energía limpia en el mismo terreno. De esta forma, se evita la competencia por el mismo espacio y se produce la sinergía: mientras los modulos fotovoltaicos aprovechan la gran cantidad de luz entrante para generar electricidad, aportan sombra y a través de ella se disminuye potencialmente la evaporación de la humedad del suelo y la transpiración de agua de los cultivos.
Fraunhofer Chile implementó en 2018 tres plantas piloto, financiadas por el Fondo de innovación para la Competitividad (FIC-R) del Gobierno Regional Metropolitano.
Los lugares escogidos fueron Curacaví, Lampa y El Monte, con una capacidad instalada de 13 kWp cada una, generando hasta 20,8 MWh/año y evitando así 8,8 toneladas de CO2..
Durante este tiempo, las plantas piloto se han utilizado como laboratorios reales para estudiar las implicanciones de la agrivoltaicoa en la generación de energía solar y en la productividad agrícola.
Las investigaciones realizadas hasta ahora ha validado el potencial sinérgico del Agri PV para la agricultura y el mercado fotovoltaico.